Expertos explican por qué no hay riesgo de una burbuja inmobiliaria en España, por lo menos a corto plazo y con menor probabilidad que en otros países.
Si bien el mercado inmobiliario sigue creciendo, no puede hablarse de una burbuja inmobiliaria en España. Al menos, de momento. Esa es la postura que comparte la mayoría de analistas y académicos. Como ya te informamos, los precios de las casas seguirán aumentando este 2022 en línea con el crecimiento económico y de precios.
Sin embargo, las “exuberancias” que menciona el Banco Central Europeo (BCE) (suele utilizarse ese térmico en lugar de burbuja, tabú desde 2008 y de difícil implementación académica) lo usa para referirse al mercado inmobiliario de otros países del continente y no la realidad española. Aunque, en un sector cada vez más expuesto a tendencias de inversión globales, no es imposible que exista un contagio en el país, aunque es muy poco probable.
Ignacio de la Torre, economista jefe de Arcano Partners, ropone analizar la llamada ratio de esfuerzo: la parte de los ingresos que un hogar destina al pago de la vivienda. “Por encima del 35% se considera que estamos ante un mercado tensionado, y España estuvo en un 46% en 2006″, explica. Ahora mismo, con un porcentaje “de entre el 30% y el 32%”, no se da esa circunstancia. “El problema es que las casas suban y si lo hacen un 9% como en Alemania, o un 20% como en EE UU, hay peligro de burbuja”.
En España, se espera un incremento del 4% en los precios de las casas para compraventa, muy lejos del 9% de Alemania o el 20% de Estados Unidos. Esa es una razón fundamental que explica las pocas probabilidades de que el país estén en medio de una burbuja inmobiliaria como ocurrió en 2008.
Por otro lado, Gonzalo Bernardos, director del Máster de Asesoría, Gestión y Promoción Inmobiliaria de la Universidad de Barcelona afirma que “Hay algún síntoma preocupante”, aunque sólo pronostica el “peligro de una burbuja light”. “Si no hay crisis económica y los bancos no pasan grandes apuros, solo habría una parada del mercado y los precios bajarían”, expresa. La espiral que podría conducir a una burbuja (”nunca antes de 2024″, aclara) podría ser el desequilibrio entre la oferta de casas nuevas y la creciente demanda.
La construcción va camino de recuperar en 2021 la marca de 100.000 viviendas iniciadas, muy parecida a las cifras prepandemia, pero lejos de los excesos de principios de siglo (más de 750.000 en 2006, año récord) y para Bernardos es claramente escasa. “Al ser un número insuficiente suben los precios, muchos compradores recurren al segmento de vivienda usada y eso puede generar también aumentos de precio injustificados", concluye.
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