En 2020 y 2021, más del 50% de las operaciones de compraventa realizadas en España se financiaron con préstamos.
La tendencia de comprar una vivienda a tocateja parece que tiene sus días contados. Según los datos de los notarios, el año pasado se concretaron 676.775 operaciones de compraventa de viviendas en toda España y se firmaron 344.432 préstamos hipotecarios. Se trata de la cifra más alta desde 2007, año del boom inmobiliario.
En concreto, el 50,9% de todos los inmuebles residenciales que se vendieron durante 2021 necesitó una hipoteca para formalizar la operación.
Según indicadores, se trata de una tendencia que lleva ya dos años instalada en el mercado, terminando con nueve años de hegemonía de las operaciones al contado (de 2011 a 2019). En 2013, dos terceras partes de las operaciones inmobiliarias en España se pagaron a tocateja, cuando el sector financiero tenía cerrado el grifo del crédito. Ese año se destacó por la caída en el precio de las viviendas.
Una de las razones que explican este auge del crédito es la creciente tendencia de los compradores por adquirir viviendas más amplias, con patio y con mejores calidades. Además, influyen la subida de precios de la vivienda y las buenas condiciones de financiación que ofrecen los bancos, que han llevado al tipo de interés medio a mínimos históricos.
Quizás el factor más preponderante que influye en el cambio del comportamiento de los compradores es el tipo de vivienda que buscan, sobre todo tras la mala experiencia de los confinamientos.
Por último, también se debe tener en cuenta la subida que ha experimentado el precio de la vivienda en los últimos meses. De media, el m2 de las viviendas vendidas ha repuntado un 5,3% interanual en España, hasta situarse en 1.507 euros.
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